Estamos viviendo un momento histórico donde las acciones reales y marketeras se han orientado a posicionar el espíritu emprendedor local de una manera importante y como parte de un enfoque no así de una cultura emprendedora o de innovación. Es de nuestra preocupación más que ocupación, que dichas actividades que van desde leyes, campañas publicitarias, vice ministerio, becas, productos bancarios, artículos entre otras acciones aún no han podido lograr transformar la cultura del “ser elegidos” a “elegir” nuestro destino laboral y profesional. Nos educan para buenos índices académicos que tienen “por consecuencia” el que nos seleccionen para un buen trabajo. No tenemos una estadística que pueda indicarnos que la sumatoria de esas actividades ha logrado aumentar la cantidad de nuevas empresas, ni la calidad de los fondos de préstamos para tales fines o la más sencilla, la tasa de conversión de miles de empleados que desean convertirse en dueño de sus propias ideas que le generen ingresos.
No solo queremos describir lo que mucho de cada uno de nosotros ya conocemos, sino también de aportar algunas ideas que a nuestro humilde entender, podrán aportar a que tengamos una cultura emprendedora de mayor calidad y por ende, tener un sistema político, económico y social orientado a que la chispa emprendedora sea una opción real desde nuestros primeros años de edad. A continuación parte de nuestras propuestas:
- Ferias Escolares de Emprendimiento: Aunque algunos centros educativos ya tienen este concepto, se debe estructurar un instructivo nacional de este tipo de eventos donde los estudiantes de educación media puedan presentar desde temprana edad la construcción de un sueño empresarial.
- Emprendimiento Empresarial: Es una asignatura universitaria de primer ciclo orientada a que todo estudiante sin importar la carrera pueda conocer las ventajas y beneficios de ser un emprendedor en el mundo actual.
- Gestión de Identidad Personal: Actualmente en nuestro país, existen profesiones liberales como ingeniero, abogados, contadores, médicos, principalmente, que de conocer la importancia de una identidad personal, tendrían marcas con mejor posicionamiento y mucho más innovadora.
- Incubadora Estatal de Negocios: Así como es el mayor empleador nacional, el Estado puede fomentar la conversión de empleados gubernamentales en emprendedores que puedan gozar de un programa de acompañamiento y seguimiento a sus iniciativas de negocios, de forma que podamos ir reduciendo de forma orgánica la maquinaria estatal para convertirlas en empresas.
- Programa Nacional de Charlas Emprendedoras: Aplicar un programa de 60 horas anuales donde los dueños de empresas podrán participar de charlas en escuelas y universidades como figuras testimoniales. No necesitamos ejemplos internacionales, localmente tenemos dignos ejemplos de imitar. Estas horas deberán ser deducibles de impuestos con una tarifa atractiva y un contenido programático estandarizado.
- Tarjeta Solidaridad Emprendedora: De la actual herramienta social, disponer de un monto mayor y asistencia técnica para aquellos tarjetahabientes que su fuente de ingresos es un negocio pequeño con oportunidades de crecimiento. Se otorga más a quien puede producir más.
- Campaña Concienciación Emprendedora: Creación de un fondo nacional a través de una deducción de impuestos o porcentaje de los impuestos por creación de empresas, que permita mantener una campaña publicitaria permanente, que ayude a recordar que “Elegir” es una opción de vida que transforma las sociedades.
Cada una de estas iniciativas son orientadas a impactar en una temprana edad a nuestros dominicanas y dominicanos y las mismas podrán ser medidas en tiempo, espacio y calidad por cualquier estamento que decida ir más allá del impacto mediático y de las parafernalias que buscan titulares. Necesitamos más que bocinas un cambio de consciencia orientado a la creación de empresas pero que sean de calidad. Luego de esto, podemos hablar de innovación.